Cosas que dan que pensar

En estos días pasados encontré una viñeta de "El Roto" que me llamó la atención por lo trágico del asunto. Esta es:

Una familia va a bautizar (muy típico en estos días de semana santa) a su bebé y dicen que el nombre que le pondrán será el de la empresa que lo esponsorice.

Entiendo que con el panorama que hay en España, habrá gente que si tiene un bebé y están en paro, el conseguir dinero para mantener a ese bebé se convierte en un problema de primer magnitud. La parte cómica de la viñeta es que se sugiere que se tenga que llegar casi a tener que vender la identidad de la persona (su nombre) a cambio de que pueda vivir.

Es una exageración, pero de una tragedia real, con el transfondo también de que las empresas en esta sociedad son las que nos controlan. Si no te damos trabajo: no tendrás posibilidades ni de tener descendencia, ni casi de elegir el nombre de tus niños pues ellos (la empresa) son los que pagan, así que son los que tienen el derecho a que su nombre (el de la empresa) sea publicitado a través de la persona a la que patrocinan.


La gracia de todo esto está en la siguiente noticia:
http://elpais.com/elpais/2012/04/08/actualidad/1333885287_872147.html

La familia real celebra la Pascua en Mallorca sin los duques de Palma

Me da vergüenza pensar que
en mi país exista gente que lo está pasando verdaderamente mal estos días por tener descendencia sin suficientes recursos económicos y luego, por otro lado, tenemos una familia sostenida por el estado (que no tiene problema de esponsorización de niños y que los tienen como churros) que lo único que se les pide es que se comporten como deben y aún así... no lo hacen.

Lo peor de todo es que aún así, a estos sinverguenzas, les damos cobertura mediática y la noticia es que en su palacio de Mallorca han estado todos, menos los ladrones.

La imagen de la familia real está quedando verdaderamente destrozada y en esa foto de familia ya se echa de menos a mucha gente. Hay divorcios, negocios oscuros, corrupción,...

Y los de a pie, honrados, que no hacen nada más que dar gracias por lo poco que tienen, sin palacios ni posibilidades de cometer fraude, aún tienen que buscar una empresa que les esponsorice cuando ellos están esponsorizando a una familia de las más ricas del mundo a través de fondos públicos obtenidos de sus impuestos.