De nuevo en un lugar de la mancha...

jueves, 31 de mayo de 2012

Y les hice unos mojitos - nuevo curro

Y estaba en Londres tan contento. Había encontrado el equilibrio en casi todo, pero faltaba eso... y claro, llegó y desequilibró el resto.

Por fin tras largos meses llegó un e-mail de respuesta que no era una negativa. Mi currículum llegó y me adaptaba a sus expectativas y requisitos, querían entrevistarme. Yo vine a España a que me entrevistasen. Me contestaron... y fue que Sí. Para un proyecto que me sonaba a casi sueño.

Tenía que marcharme de Londres en menos de dos semanas, tenía que despegarme de mi vida de allí de golpe, cambiar de gente, dejar la vida independiente a 5 minutos de Hyde Park para volver al corazón de Toledo, a vivir en casa, a mis amigos de siempre, a mi familia,...
muchos hubiesen dado saltos de alegría. Yo no lo hice.

¿Quien cambia Londres cuando le gusta tanto por un pueblecito que llega a 42 grados en verano y en el que no hay prácticamente nada? Muy bueno tenía que ser el trabajo. No sé (ahora ya sí que lo sé) si lo es o no, pero era de mi carrera, el elemento en desequilibrio en mi vida, así que tenía que aceptarlo por mucho que me gustase Londres. Eso además de que obviamente lo mandé porque me atraía, me gustaba la idea y el campo en el que trabajaría.

20 días después podría decir que, aunque sigo aterrizando (aún la gente se sorprende al verme, me preguntan que cuando me vuelvo a Londres, tengo visitas pendientes, etc.), estoy adaptado de nuevo. Ya no soy aquel al que le costaba adaptarse a los cambios, precisamente porque Londres, me ha cambiado.

"Desmonté" mi cuarto. Realicé las gestiones pertinentes en todos los lugares en los que había dejado rastro. Me despedí con pena de mucha gente, de la ciudad... Aproveché al máximo mis últimos días allí visitando sitios, saliendo, viviendo la ciudad (me queda pendiente un post sobre esto), viviendo momentos especiales intensísimos. Me vine aquí y tras un fin de semana perfecto en ideal compañía... comencé a currar.

En el trabajo... contentísimo desde el primer día. Estoy rodeado de gente con la que me llevo bien, divertidos, simpáticos, guapos (no sea que lo lean algún día jejeje), formados, cultos, pero sobretodo unas personas estupendas que trabajan conmigo en un laboratorio central de una multinacional de fabricación de cementos, áridos y hormigón.

Nos encargamos de cosas muy diversas y yo en concreto de un proyecto del que no puedo dar muchos detalles por aquello del secreto industrial... tiene que ver con cemento y pozos de petróleo y es la mayor oportunidad que se me ha dado en mi vida y encima me encanta lo que hago. Tengo un laboratorio a mi disposición, con todo lo que ello conlleva para una persona que desde pequeño le ha encantado la ciencia (aún flipo) y en particular para mí dos microscopios petrográficos y unos objetivos que me suponen un reto y que me dan ganas de seguir adelante a tope.

Por lo pronto la primera semana recuperé unos equipos que estaban en desuso y me ubiqué (por cierto, había un despacho vacío y pude meterme, parezco hasta importante y soy el último mono... por ahora... jajajaja). La segunda semana transcurrió sumergiéndome en el tema de investigación, gestionando los inicios y con un día de fiesta el viernes pasado en el que hicimos actividades en grupo. La última fue una gran barbacoa y migas. Me pidieron que por mi experiencia en Londres hiciese unos cócteles, así que... LES HICE UNOS MOJITOS. En mi nuevo trabajo, aprovechando unas habilidades adquiridas en Londres para integrarme en el nuevo ambiente. Objetivo: conseguido. Level: perfect.



Y les encantaron, o eso me dijeron pero creo que era verdad cuando volvían constantemente a por más.

Ahora estoy en ese proyecto, esta semana me han metido en uno más (que también me atrae mucho) y tengo a la vista un viaje a EEUU para aprender más.

Ahora a ver si conseguimos equilibrar el resto de aspectos de la vida... por ahora, parece que vamos por el buen camino. Solo hace falta un poco de paciencia y pronto lo conseguiré, lo sé, porque esto sigue adelante.

Solo echo en falta tener más tiempo para todo... como en Londres.

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