Todo está en constante cambio, desde la más mínima partícula del universo hasta el planeta en el que vivimos y por supuesto: yo.
Esto no sería ninguna noticia, de no ser porque últimamente; bueno, más bien desde junio, para mí se han acelerado los procesos de cambio, pero también de reafirmarme en algunas opiniones, creencias, sentimientos, etc.
Verdaderamente siento que no soy el mismo, he sentido y estoy sintiendo una especie de metamorfosis, algo que según nos dijo un profesor de matemáticas en la universidad, deberíamos haber sentido allí, por el ambiente, por la edad y por la etapa que atravesábamos.
Quizá a mí me llegue con cierto retraso si le hacemos caso a ese profesor, aunque más bien creo que esas cosas pasan cuando pasan, según las circunstancias personales de cada uno.
Me resulta curioso como he pasado a ver las cosas con otra perspectiva, otra dimensión, teniendo el mismo cerebro su funcionamiento cambia, de ahí la complejidad del ser. Ahora miro hacia atrás y veo que muchas cosas a las que daba importancia, no la tenían en realidad, me preocupo más de mí mismo en términos diferentes a como lo hacía, pero sobretodo pienso mucho más en el futuro, en mí futuro. Pero lo hago preocupado sobre todo por cómo me siento, como me sentiré, en alcanzar cosas
Creo que algunos denominan a este tipo de cambios madurar, a mí no me gusta esa palabra, primero porque no soy ninguna fruta (si es lo que me puede pasar a mí) y segundo, porque si alguien madura entiendo que significa que ha alcanzado un grado máximo, definitivo, pues lo siguiente sería decadencia y yo considero que incluso hasta momentos antes de morir estamos aprendiendo y cambiando.
Siendo así… también este blog cambiará, una vez más, pero como yo: conservando lo esencial.
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