Cine de Alex de la Iglesia en estado puro, eso es esta película.
La brutalidad, la decadencia, el humor negro, lo macabro, la muerte, esos finales que no sabes si son felices o infelices, lo "underground", eso es Alex de la Iglesia.
Muy bien conseguido el ambiente setentero, esa España cañí, oscura, personajes deformes cuando no físicamente, mentalmente; machos ibéricos, cazadores y circo 100% ibérico. Los escenarios son conocidos, al menos muchos de ellos para mí lo son y desde luego que están magistralmente escogidos para la película.
Es una película cargada de simbología, escenas que se desarrollan entre escombros, villanos presentados como hermanitas de la caridad aun siendo el origen del mal, terroristas que montan el auténtico circo en el que por encima de ellos en categoría están hasta los payasos asesinos. Una muñeca deseada por dos payasos (con una preciosa actriz que sin duda volveremos a ver) tiene su historia paralela a la del motorista del infierno.
La música, perfecta: Raphael da el punto de la época y el "El corazón contento" de Marisol a la vez que se pegan palizas y se accede a un cabaret barriobajero deja esa sensación que te dejan estas películas. Planos de vértigo con efectos especiales que aún están por pulir completan el film.
Las escenas de cavernícola desnudo y posteriormente perro sumiso como transformación de un ser patético a un asesino siguen con la simbología, con ese pozo-caverna del que sale el mal como un gusano de su capullo. Y como no, la ascensión de los personajes a un punto elevado, con las escenas de estar colgando en el vacío como en otras películas de este director (el cartel de Schweppes, la estatua de los caballos en la calle Alcalá,...) como última purificación antes del desenlace.
El final, sin desvelar nada, es trágico, cómico, tragicómico... uno no sabe si ríen o lloran, pero para mí es el final más trágico que se podía configurar.
Muy buena, pero el director está aún por superarse a sí mismo. Si te dan miedo los payasos, esta película no es para tí, a no ser que quieras salir aterrorizado, claro.