Esta tarde, en la cadena SER, en el programa de la ventana, estaba como es habitual a primera hora Juan José Millás leyendo algunos de los microrrelatos que les envían para el concurso que hacen en la radio. En relación con esto han hablado un poco sobre lo misteriosos que son los armarios y lo peculiares que son. Después de escuchar un poco del programa he seguido con lo que tenía que hacer, testificar unos sondeos, pero no podía evitar seguir pensando en esto.
Y es que los armarios en verdad son un poco peculiares con respecto al resto de objetos. En principio sirven para lo que sirven, para guardar ropa, pero detrás subyace mucho más. A ningún otro objeto, como por ejemplo un tenedor, se le atribuye el misterio o la magia que a un armario; que por otro lado no deja de ser un simple mueble, pero... ¿por qué?
Como muestra se puede citar la película titulada "NARNIA" en la que unos niños entraban, a través del armario del desván, en un mundo mágico con brujas, faunos y otros seres de fantasía.
Yo mismo, de niño, tenía miedo de mi enorme armario ropero, es un gran armario que hicieron mis padres aprovechando un rincón bastante amplio de mi habitación. El rincón daba a un hueco de una antigua escalera, por lo que su techo está inclinado, al más puro estilo Tim Burton. Sus tres puertas tienen sendos espejos, bastante grandes y que sirven para lo que sirven todos los espejos, mirarse y también dar una sensación de mayor profundidad a la habitación. ¿El miedo? pensaba que de ahí es de donde salían algunos de los monstruos que me podían aterrorizar (porque había muchos otros lugares de los que podían salir). Como para muchos niños, la morada de los monstruos es el armario.
En el programa de la cadena SER han citado también lo del fondo del armario, que es como si algunos no tuviesen y si tirásemos una piedra no escucharíamos nunca su sonido al caer. En cierto modo esto ocurre. En el fondo de los armarios siempre se suelen esconder cosas, a veces se esconden joyas, dinero,... cerca de los jabones que se guardan entre la ropa. Son como un lugar seguro y escondido, en el que a veces se mete la mano entre abrigos de paño para sacar lo que se busca, pero sin ver bien lo que se coge, como si hubiese un enano ahí que en la oscuridad nos pone en la mano lo que queremos en ese momento.
Al periodista le inquietaba de pequeño eso de los "armarios de tres cuerpos", esos armarios enormes de madera con 3 puertas. Le inquietaba eso de los cuerpos, porque lo asociaba con el cuerpo humano, casi como si fuesen 3 cadáveres o algo así.
Volviendo a lo de los espejos. Casi todos los armarios, por no decir todos, tienen al menos un espejo. Que en mi opinión, no hace sino aumentar ese aura mágico del mueble, con esa especie de universo paralelo en el que nos vemos reflejados. Consiguen ponernos delante de un clón nuestro y se muestran como si fuesen un portal de entrada hacia ese universo alternativo.
Para terminar, no hablemos de la función de escondite que han cumplido, cumplen y cumplirán; no solo con los objetos como he dicho antes, sino con los humanos. Yo mismo jugaba a esconderme en el ropero (de día o con mucha gente y ruido, por lo del miedo). Sirven como escondite de amantes en algunos casos, en las pelis meten a los que secuestran y en relación con esto se han creado términos como lo de "salir del armario", que consiste en sacar a la luz las orientaciones sexuales ocultas, principalmente de los que no son heteros.
Para lo que puede dar un armario, además de para guardar ropa...
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