De nuevo en un lugar de la mancha...

martes, 14 de febrero de 2012

Sparks before tomorrow

He salido de la escuela tras una mañana de lunes de esas en las que el mundo se mueve a un ritmo y tú a otro, sin duda por lo que pasó anoche. He ido al metro, hoy solo, quizá por eso cuando el viento previo a la llegada del tren ha comenzado a soplar en el tunel y luego el paso hipnótico de los vagones no he podido evitar el recordar. Porque no había nadie más como otros días para mantenerme en la conversación, o más bien porque el impulso es demasiado fuerte.


¿Quien sabe lo que pasará mañana? Quizá algo sospeches, porque creo que me haces fallar en lo elemental o por tu estado racional,.. Quizá no (creo que no) por tu estado racional también, por la distancia, por el tiempo, por el frío o tu rutina alejada... Lo qué sí sé de seguro es que en la vida hay que apostar alto, con lo que tengas a tu alcance, para conseguir lo que realmente te importa; porque en las pequeñas cosas de la vida es donde uno encuentra el sentido, porque no hay nada imposible, solo puede ser improbable, pero qué es la probabilidad sino un invento sin sentido para desanimar espíritus volubles o resignados.

Yo no lo soy. Y con lo que soy, ya no me dejaría serlo a mí mismo.

Puede haber una, dos, tres, o habrá más quizá, pero ¿por qué ninguna me deja sin palabras cuando estoy delante? ¿por qué no me ponen en ese estado en el que no me reconocía a mí mismo? Está claro que de normalica... no tienes nada. Horas de vivencias completadas con conversaciones en distancias acortadas, ese perfume que no podré olvidar, esos aros, esa sonrisa, esa feminidad, esa forma de hablar que tiendo a recordar sin querer,...

Nadie vive de recuerdos y lo que soy ya lo sabemos, pero cuando el cerebro te dice una cosa y la contraria al mismo tiempo en mi caso gana la que me produce más agitación y entusiasmo, aquella que está en la parte del cerebro en la que se aloja el alma, el impulso. Gana la que me supone un reto, la que sé que me hará sentir mejor, puesto que sin pensar las cosas más de tres segundos... la vida me ha ido mucho mejor, porque así no me arrepiento de nada.


Y todo esto porque te miré casi sin querer una noche en la que estaba escrito que debía hacerlo...

sábado, 11 de febrero de 2012

Frio-calor

Un día entras en una habitación, allí están... cual será?  Eso nunca lo sabes, pero algo te dice que hay una al menos. Viajes en metro, viajes en sueños, cambios en la personalidad, no buscados, encontrados... días blancos y pocos negros ya, no solo por la nieve. Si no vas sintiendo día a día que eres otro, es que estás muerto.

Amigos nuevos, y amigas. Vuelta a lo importante. Boxeo y natación, novedades de vida en vida; cosas que hacer para un espíritu inquieto, no sea que se nos paren las ganas de vivir; que aunque existan los recuerdos lo que cuenta es el día a día. Latvia, Poland, Germany o Colombia; da igual, porque al final terminamos en el puerto.

Zumos de noche y frío a evitar. Un colega con el que te sinceras y le adviertes de lo que te parece la realidad. Recuerdos del país, ganas de volver y ganas de no ir.

Luz tenue de lámparas rojas y bola de espejos, tú y yo girando, como la vida, como la bola... quien lo hubiera pensado.

martes, 31 de enero de 2012

Volviendo

Walkabout de Temple, finalmente, hemos llegado, tenía muchas ganas de ver el lugar y la verdad es que ... merece la pena, nada del otro mundo, pero está bien. Tras varias horas llega la hora de irse, ¿manos vacías? ni mucho menos :) aunque aunque solo fuese por experiencia, ya habríamos ganado.

De vuelta subimos por un lugar conocido, ahora más, esperamos un rato y volvemos a casa. Ha estado muy bien. Dos buenos amigos españoles, dos nuevos franceses que viven ahí, una española, dos españoles, tres españoles, cuatro españoles, cinco... (vaya, si que estamos en Londres sí). Una coreana, dos argentinas preciosas, y tú...

miércoles, 11 de enero de 2012

Cambio de tercio?

Hace dos años, en Noviembre de 2010 decidí que tenía que cambiar mi vida, que tenía que salir de España y vivir en otro lugar, aprender inglés y demostrarme a mí mismo de lo que era capaz.

Así que después de meterme en un trabajo basura, hacer turnos de noche en mitad del invierno, ahorrar algo a duras penas y ayuda de los míos me vine a Londres en abril. Ahora siento que he llegado o estoy llegando de nuevo a uno de esos puntos de inflexión.