De nuevo en un lugar de la mancha...

jueves, 17 de octubre de 2013

Entrada número 300 - Microrrelato


Habían atravesado la capa de nubes y un sol radiante bañaba todo el interior del avión. El conductor frenó súbitamente y a Bruno se le cayó el ojo de cristal que fue rodando hasta la parte delantera del autobús de la compañía "el avión". El copiloto miró impasible el ojo en el suelo y por el micrófono pidió disculpas: “el conductor se ha pasado la última salida, nos hemos desviado un poco”. ¿Y como dices que se llamaba el copiloto? Un tal Caronte.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Un perro "la" comió la oreja

Viviendo en este lugar de la mancha a menudo te encuentras con gente peculiar, gente que muchas veces no conoces prácticamente nada pese a vivir en tu mismo pueblo.

Típicas casas-cueva
Mi madre tiene una tienda que a veces hace las veces de ventana al mundo de muchos de esos desconocidos, porque vienen a comprar, porque vienen a mirar, porque vienen a vender o porque simplemente pasan por ahí, les apetece saludar y entran.

No sé muy bien por qué razón ha venido a parar aquí hoy una señora mayor, de aquí del pueblo, extremadamente humilde, pobre, bastante peculiar y conocida por todos, pero desconocida en el fondo para muchos. Yo entre ellos. A esta señora la llamaré la señora Paula.

Se han juntado en la tienda dos mujeres mayores contando a Paula. La conversación, no sé por qué, ha llevado a finalmente preguntarle la señora mayor a la peculiar Paula con un poco de desprecio: